Situado en el centro de Cádiz, en la calle San Francisco, donde anteriormente se encontraba la peña de cazadores, junto al hotel Las Cortes.
Decoración y estilo en conmemoración al Bicentenario de la Constitución de 1812 de Cádiz.
Fachada con una amplia placa de mármol con el nombre y decorada con motivos.
Tras la puerta principal, accedemos a un amplio salón comedor ambientado como si fuese una biblioteca, con un gran cuadro que reproduce la promulgación de la Constitución de 1812 junto al Oratorio de San Felipe Neri.
Tras la entrada, varios salones más con motivos y detalles de la constitución, un amplio patio que comunica los servicios y un salón más intimo y acogedor.
Dispone de un amplio número de salones, bien decorados y bastantes amplios, e incluso reservados. Un lugar ideal para celebrar celebraciones.
También dispone de terraza exterior en la propia calle San Francisco.
La decoración es obra de Emilio Santander, y Pablo Alcántara es el empresario encargado de llevar a cargo este establecimiento desde el 2010, que anteriormente regentaba el antiguo Monterey.
La carta es bastante amplia, destacando los productos y los platos gaditanos, tapas de cocina de mercado. Platos elaborados por Fernando Dominguez Chirino, que anteriormente ha pasado por las cocinas de: Anteojo, El Faro o La Barca de Vejer.
- Precio muy acorde a los platos, bajo-medio.
- Servicio atento, eficaz y rápido.
PLATOS QUE HEMOS PROBADO:
Ensaladilla de pulpo:
Ensaladilla suave presentada en forma de montículo cuadrado. Pequeños trozos de pulpo servido por encima de la ensaladilla, picatostes en un lateral, pimientos y aceite de oliva por encima. Genial para compartir, incluso siendo tapa.
Menudo a la andaluza:
Típico menudo gaditano, con todos sus avíos. Pequeños garbanzos, carne bien desmenuzada, chorizo, … Un plato bien realizado, aconsejable para pedir.
Uno de los mejores menudos que hallamos probado.
Revuelto de gambas con ajetes:
Tapa de revuelto de gambas con ajetes, presentado también en forma cubica.
Con pan tostado para acompañar.
Resumen:
Trasladarse al Cádiz del 1812 puede ser una realidad.
