Cómo limpiar y conservar alimentos para evitar enfermedades

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Tener buenos hábitos de limpieza y conservación de los alimentos ayuda a disminuir el riesgo de propagación y contagio de enfermedades.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la higiene de alimentos como “el conjunto de condiciones y medidas programadas durante la producción, trasformación, almacenamiento y distribución de los alimentos para garantizar su inocuidad y salubridad”.

Desde este punto de vista, una alimentación inocua o segura es aquella que no contiene peligros para la salud, mientras que por el contrario existe riesgo de contraer enfermedades cuando se consumen alimentos que no son seguros, porque en su producción no se cumplió con los controles adecuados, o bien durante su distribución se alteraron ciertos factores.

La intoxicación alimentaria es una enfermedad que es consecuencia del consumo de alimentos o bebidas que contienen bacterias. Éstas producen toxinas o sustancias venenosas para el organismo. Este cuadro conocido como -envenenamiento alimentario- genera dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarrea.

La limpieza de los alimentos es fundamental para preservar su calidad.

Los alimentos o bebidas pueden estar contaminados no sólo por bacterias, sino también por la presencia de hongos, virus, parásitos, vidrios, plástico, entre otras sustancias, así como también por el contacto con productos de limpieza, plaguicidas o fertilizantes.

Así, entre los factores que pueden causar enfermedades alimenticias, se cuentan la contaminación cruzada, la falta de higiene al manipular los alimentos, la elaboración de diferentes preparaciones con mucho tiempo de antelación y el consumo de alimentos crudos.

Consecuentemente, para evitar la contaminación hay que cumplir con ciertos hábitos higiénicos entre los que por supuesto se cuenta lavarse las manos antes de tocar o manipular los alimentos, la vajilla y los cubiertos, así como también después de toser, estornudar, fumar, rascarse, tocarse la nariz o heridas y luego de ir al baño. También hay que higienizarse las manos después de haber tocado alimentos crudos como las carnes.

¿Cómo almacenar los alimentos?

Los alimentos perecederos como leche, yogurt, quesos, huevos, carnes, verduras y frutas necesitan ser refrigerados, ya que la temperatura es un factor primordial en la conservación de estos productos.

Por su parte, los alimentos semi-perecederos como harinas, arroz, fideos, leche en polvo, café y té, entre otros, no necesitan ser almacenados en nevera o congelador, aunque es muy importante protegerlos del calor y de la humedad.

Vale aclarar que los alimentos enlatados no duran varios años. Es decir que si bien pueden ser guardados durante un año o tal vez un poco más fuera del congelador o la nevera, esto debe hacerse respetando siempre las condiciones de almacenamiento, pero además sabiendo que es posible que se vaya perdiendo sabor, valor nutritivo y textura.

Conservación en nevera y congelador

En cuanto a la carne, ya sea roja o de pollo, debe refrigerarse nada mas comprarse. Con respecto al pescado fresco, lo más recomendable es refrigerarlo y consumirlo dentro de las 24 horas.

En caso de que esto no sea posible, para mantenerlo en condiciones óptimas, se puede guardar en un recipiente bien tapado con el objetivo de que el resto de los alimentos no absorban su olor. También se puede utilizar hielo picado para que mantenga baja la temperatura; y si se compra pescado congelado, procurar que no se descongele antes de guardarlo en el congelador.

Sobre las frutas y verduras, hay que saber que si bien después de cosechadas éstas siguen viviendo, pierden agua y por ende disminuye la calidad del producto. Para paliar este proceso es útil recurrir a la nevera porque la temperatura baja, la humedad y el aire fresco permiten que estos alimentos prolonguen su vida y calidad.

Los huevos, los quesos, la leche y el yogurt deben refrigerarse nada más comprarse. La temperatura del refrigerador permite mantener la calidad de estos productos. La leche debe estar bien tapada para evitar que absorba olores y sabores de otros alimentos. Los quesos también deben guardarse en la nevera aunque evitando congelarlos ya que se puede alterar su textura haciéndolos más arenosos.

Para descongelar, el método más seguro es hacerlo en la nevera o cocinarlos directamente congelados. Es importante no conservar los alimentos descongelados en el refrigerador por más de 24 horas ya que se puede incrementar el número de bacterias. Sólo se pueden volver a congelar los alimentos cocinados.

Por último, cabe recordar que antes de servir los alimentos, es necesario recalentarlos, para de esta manera asegurarnos de destruir las bacterias por medio del calor. En cuanto al frío de la nevera o congelador, éste no destruye las bacterias: sólo detiene su desarrollo.

Algunos consejos importantes

  • Lavarse las manos antes de iniciar una actividad, en caso de ausencia o interrupción de la misma o cuando puedan estar sucias.
  • Mantener una adecuada higiene de las verduras y frutas que se consuman crudas.
  • Evitar la contaminación cruzada entre alimentos crudos y cocidos.
  • Verificar que los platos fríos, las carnes y lácteos se manipulen a una temperatura adecuada.
  • Controlar que los productos congelados se descongelen en el refrigerador.
  • Mirar la fecha de vencimiento de los alimentos que compran.
  • No comprar latas hinchadas o abolladas.
  • Comprar en locales limpios y en los cuales los alimentos estén fríos al tocarlos.
  • Mantener la comida bien caliente al momento de consumirla.
  • Guardar rápidamente en la nevera los alimentos que no se consuman en el momento.

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