Como les hemos comentado en una nota anterior, todo niño sea celíaco o no tiene derecho a disfrutar de la infancia a pleno y hay que entender que la EC no es un impedimento para que pueda divertirse, concurrir a cualquier acontecimiento, relacionarse con otros y crecer con normalidad.
Es muy común que los padres intenten ocultar a su hijo celíaco todo lo referido a su enfermedad porque creen que es una forma de protegerlo ya que lo sienten incapaz de comprender lo que le sucede. Esto es un grave error.
Independientemente de cuál sea la edad del pequeño, toda la información que paulatinamente le den sus progenitores es beneficiosa porque le ayuda a controlar y aceptar su condición de celíaco respetando el tratamiento; está comprobado que mientras más se lo instruya de manera amena y agradable hay menos posibilidades de que cometa una transgresión en la dieta.
La mejor manera de ayudar al niño es ir enseñándole desde pequeño, diciendo de forma muy clara y con palabras acordes a su edad todo acerca de la celiaquía y respondiendo con franqueza a los interrogantes que este luego formule.
El primer impulso de los papás cuando se enfrentan por primera vez con la EC es esconder o quitar de la vista de su hijo todo alimento prohibido y esto no tiene que ser así, resulta primordial que el pequeño aprenda a diferenciar los alimentos aptos para él de los que no, para que cuando esté fuera de casa sepa que puede comer y consiga rechazar las comidas con gluten.
En el caso del colegio es deber de los padres el informar a las autoridades y profesores acerca de la condición de su hijo y pedir que se les explique a sus compañeritos mediante juegos e historias todo sobre la celiaquía para que la adaptación del pequeño sea mucho más fácil y no se sienta diferente o desplazado.