Esta receta de croquetas veganas de verdura fue un experimento que hice para una comida familiar y la verdad que no esperaba que saliesen tan bien, sin deshacerse ni romperse como me ha pasado otras veces con croquetas de verduras, además salieron buenísimas, entre los comensales no se encontraban precisamente vegetarianos, pero les encantaron, no quedó ni una, fue todo un éxito!!!.
Ingredientes
- 4 zanahorias
- 1 calabacín grande
- 1 puerro mediano
- 1 cebolleta con tallo verde
- 450 ml de leche de avena
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal del Himalaya
- Pimienta
- Cúrcuma
- 8 cucharadas soperas ( aprox.) de harina de espelta ( se puede sustituir por harina sin gluten de arroz o de trigo sarraceno)
- Pan rallado para rebozar( se puede sustituir por semillas de lino molidas)
- Leche de avena para rebozar ( podría sustituirse por leche de arroz)
Preparación
Pelar y rallar las zanahorias, pelar el calabacín y rallarlo también, troceamos muy fino la cebolleta con su tallo verde incluido y el puerro.
Calentamos el aceite en la sartén y rehogamos las verduras, cuando están casi hechas, salpimentamos y acabamos de hacerlas.
Añadir la harina y mezclar bien, hasta que la harina se tueste un poquito, ponemos un poco de cúrcuma, incorporamos la leche de avena y mezclamos hasta que se espese.
Esta pasta resultante, la dejamos enfriar en la nevera unas 4 horas.
Cuando vayamos a hacerlas, nos ayudaremos de una cuchara para coger la cantidad necesaria para formar la croqueta, la rebozamos en pan rallado y vamos dando forma, a continuación, humedecemos la croqueta en leche de avena y volvemos a pasar pon pan rallado. Freír en aceite muy caliente.
Si preferimos una versión más ligera, podemos meterlas al horno, poniendo en la bandeja papel vegetal a 180º. Una vez las veamos ligeramente tostaditas, estarán listas para servir.
El toque de cúrcuma le da un toque delicioso a la bechamel, no quedará ni una.
¡¡¡ A disfrutarlas !!!
