El cáncer de ovario surge cuando las células de los ovarios se vuelven anormales y se dividen sin control. Este padecimiento provoca un mayor número de muertes que cualquier otro tipo de cáncer que se presente en el aparato reproductor femenino, y en la mayoría de los casos es muy difícil diagnosticarlo en sus etapas iniciales.
Su desarrollo se da en mujeres de entre 50 y 70 años, y se estima que para 2012 sean diagnosticados alrededor de 4 mil nuevos casos en México y casi un cuarto de millón en todo el mundo, trayendo como consecuencia cinco muertes diarias a causa de la enfermedad.
Sus causas aún son desconocidas; no obstante, existen diversos factores hormonales que favorecen su aparición, tales como la infertilidad, un pequeño número de embarazos, historia familiar y algunos factores ambientales, como son las grasas en la dieta y el uso constante de talcos.
El diagnóstico del cáncer de ovario suele ser difícil de realizar en sus primeras etapas, debido a que los síntomas aparecen cuando la enfermedad ya se ha extendido y se logra detectar una masa pélvica. Para ayudar a la ubicación, los especialistas utilizan herramientas y técnicas como la biopsia, el examen pélvico, el ultrasonido y las radiografías.
La disminución de muertes por esta enfermedad proviene de la prevención y el diagnóstico oportunos; por lo tanto, es fundamental que todas las mujeres tengan revisiones periódicas y acudan al ginecólogo con regularidad.
Síntomas
- Malestar en la parte inferior del abdomen.
- Aumento del tamaño de los ovarios.
- Dolor en la pelvis.
- Anemia.
- Pérdida de peso.
- Aumento del tamaño de los senos.
- Mayor desarrollo de vello.
- Hemorragias vaginales.
- Dolor de espalda sin explicación aparente.
Los tratamientos para eliminar el cáncer son muy variados, algunos de ellos se explican a continuación:
- Cirugía: utilizada cuando el cáncer se encuentra en sus fases intermedias y avanzadas; se extraen los ovarios, el cuello del útero, el útero y las trompas de Falopio. Asimismo, se involucra la extracción de los nódulos linfáticos.
- Quimioterapia: sólo se retira la parte afectada y se usan tratamientos anticancerosos aplicados de manera intravenosa para matar las células malas del cuerpo.
- Radiación: también conocida como radioterapia, es una técnica que involucra el uso de rayos de alta energía para matar las células de cáncer sólo en el área tratada.
- Bevacizumab: que en combinación con carboplatino y palcitaxel se encarga de reorganizar los vasos sanguíneos, mejora el tratamiento de la quimioterapia, evita el crecimiento de esos vasos e interrumpe la progresión del cáncer. Fue aprobado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) en 2011.
