Elegir correctamente una grúa de traslado

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Las grúas para elevación de pacientes, tanto para uso domiciliario, como geriátrico y hospitalario, son productos de apoyo que permiten realizar elevaciones, movilizaciones y transferencias de personas dependientes con el menor esfuerzo posible y de una forma más cómoda y segura, tanto para los usuarios como para los cuidadores.

Las grúas eléctricas o electrónicas son una herramienta imprescindible para los cuidadores, pues permiten con sólo apretar un botón levantar, transferir, reposicionar y/o trasladar a una persona de la cama, del W.C. o incluso del suelo.

Depende del uso que se le vaya a dar hay tres tipos principales: hospitalarias, de bipedestación o mixtas.

Grúas hospitalarias: sirve para trasladar pacientes enfermos que no puedan valerse por sí mismos, como encamados. Se pueden utilizar tanto en hospitales o residencias como en casa, son muy fáciles de utilizar y el paciente se desplaza en suspensión tras ser elevado.

Grúas de bipedestación:  son grúas para personas que pueden mantenerse erguidas. Suelen incorporar plataforma para colocar los pies y un acolchado para acomodar las rodillas del usuario. Es recomendable para pacientes que tengan cierta movilidad en las piernas, ya que no pueden levantar a un paciente de la cama sino solo a quien se encuentre sentado.

Grúas mixtas: Hay ocasiones en las que en el momento actual del usuario, conviene tener una grúa de bipedestación pero que a medida que va pasando el tiempo va a ir perdiendo tono muscular y se hará necesario el uso de una grúa de traslado. Para evitar el tener que acumular “aparatos” en casa existe la opción de las grúas convertibles en las que al cambiarles el brazo podemos tener una grúa de traslado o una grúa de bipedestación.

Antes de adquirir una grúa es necesario tener en cuenta una serie de criterios o aspectos relacionados con las personas que van a utilizar la grúa, el lugar donde se va a utilizar y para qué se va a utilizar. A continuación se resumen algunos criterios que no hay que olvidar:

Adecuación al usuario: La grúa y el arnés deben ser adecuados al peso, las dimensiones y las características personales.

Adecuación al uso: La grúa debe estar preparada para realizar todas las transferencias y traslados que sean necesarios de la forma más cómoda y sencilla para el usuario y el trabajador.

Adecuación al entorno: Es necesario analizar el lugar donde se va utilizar la grúa para comprobar que ésta puede funcionar de forma correcta en todas las situaciones previstas. Hay que considerar, por ejemplo, las dimensiones de las habitaciones donde se van a utilizar las grúas móviles o la resistencia de la estructura de la vivienda en grúas de pared y techo.

Confort: El arnés tiene que ser cómodo para el usuario y no clavarse en las axilas ni en los muslos. Debe ser fácil y rápido de colocar. Todos los controles para elevar o bajar a la persona elevada deben ser fácilmente accesibles y manejables.

Durabilidad: Deben tener una vida útil mínima de tres a cuatro años sin deteriorarse ninguno de sus componentes, siempre que se realice un correcto mantenimiento.

Estabilidad: La grúa ha de ser estable al vuelco en todas las direcciones, tanto cargada como descargada.

Facilidad de plegado y/o de desmontaje: Deben ser plegables o desmontables sin herramientas para facilitar su almacenaje y transporte.

Facilidad de limpieza y mantenimiento: El arnés ha de ser fácilmente lavable y la grúa debe disponer de un diseño que no dificulte su limpieza. El mantenimiento tiene que ser el mínimo posible y deben existir instrucciones claras para llevarlo a cabo.

Por tanto, dependiendo de las características del que será usuario de la grúa y del problema a solventar, nos convendrá elegir uno u otro modelo.

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