Frecuentemente una de las dificultades para llevar adelante una alimentación ordenada se relaciona con las carencias y errores cometidos por desconocimiento.
- Hacer pocas comidas al día, pasando periodos prolongados de ayuno.
- Asignar cualidades a determinados alimentos y dejar de consumir otros en forma equivocada.
- No tomar líquidos durante las comidas.
- Comer cantidades abundantes de alimentos en una única comida.
- Llevar adelante dietas “mágicas” o de moda, como la “de la manzana”, “de la luna”, etc.
Con ellas sólo se consigue un nuevo fracaso y la acumulación de intentos frustrados.
¿Por que comemos?
Cada vez que ingerimos alimentos el organismo pone en marcha una serie de mecanismos por los cuales obtiene los nutrientes de esa comida y los distribuye como lo necesita. Este proceso dura tres horas en promedio. Pasado ese lapso el organismo, a través de la sensación de hambre, da señales de que nuevamente necesita “combustible”. Si se deja pasar muchas horas entre las comidas la señales pueden intensificarse, provocando mayor ansiedad y mayor sensación de hambre.
Cuando se realiza una comida con mucho apetito, en general la elección es equivocada en cuanto a la calidad de lo que se va a ingerir y las cantidades son más difíciles de controlar.
Cada vez que se ingieren alimentos, el organismo, específicamente el páncreas, genera la hormona “insulina” que participa en el proceso metabólico. Esta es la encargada de facilitar el uso de los nutrientes aportados por los alimentos. Si se pasan períodos de ayuno, ante la próxima ingesta se suele liberar mayor cantidad de insulina, y esto favorece la acumulación de grasas. Por todo esto se debe regular la ingesta por períodos determinados de tiempo, no mayores a 3 o 4 horas, hasta lograr una regularidad en cuanto al apetito y a los horarios.
¿Por qué hacer 6 comidas por día?
Los intervalos entre comidas deben ser de una hora y media como mínimo y tres horas como máximo. De esta manera se respeta el tiempo de digestión de los alimentos ingeridos y se logran claros objetivos:
- isminuir la posibilidad de sentir hambre.
- disminuir la ansiedad y la forma compulsiva de comer.
- disminuir la probabilidad de elegir mal y en forma apresurada los alimentos,equivocándose en la calidad y en la cantidad.
- disfrutar de la comida, transformando la ingesta en un momento agradable y placentero.
Hábitos que se deben cambiar
- Comer con mucho apetito, de forma rápida y sin disfrutar de la comida.
- Comer automáticamente, sin prestar atención a la ingesta, mirando televisión, leyendo,etc.
- Servirse en platos grandes y cantidades abundantes.
- Comer con el paquete de galletitas. papitas, etc.. frente a uno.
- Comer en forma repetitiva y por costumbre; porque se cree que con menos cantidad uno se va a quedar con apetito.
- Comer por la calle o en el auto.
Hábitos que se deben adoptar
- Comer sentado, masticando bien y disfrutando de la comida, aunque sea una colación.
- Cuando come, dedicarse sólo a eso y evitar distraerse.
- Servirse en platos pequeños y porciones pequeñas, retirando la fuente de la mesa.
- Antes del plato principal, comer un plato de caldo, sopa de verduras o ensalada.
- Beber mucho liquido: agua, soda, gaseosas o jugos light
- Armar una mesa en forma agradable, con colores y detalles decorativos que resulten atractivos a la vista y resulte apetecible.
