Dime cómo viajas y te diré dónde hospedarte

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¿Qué investigas y reservas cuando planeas un viaje? Probablemente, como la mayoría de las personas, te concentras en tres aspectos fundamentales; transporte, alojamiento y actividades. Hay otras categorías para las que se asigna un presupuesto de antemano, como los indispensables alimentos, pero a menos que tu viaje se oriente al turismo gastronómico o que vayas a un destino exótico y quieras averiguar qué se come ahí, por lo general no se hacen muchos planes respecto a qué y dónde comer.

Los traslados, el alojamiento y algunas actividades son cuestiones que tendemos a planear con cuidado, porque la anticipación es clave para el ahorro, son servicios que tienen alta demanda en las temporadas altas y porque si no los aseguramos, difícilmente podremos disfrutar del viaje.

Hay muchas estrategias para encontrar y reservar vuelos baratos. También existen buscadores para comparar y seleccionar hoteles. Pero cuando del alojamiento se trata, buscamos algo más que ahorrar. Sin duda queremos encontrar un buen hotel a buen precio, aunque suene a eslogan publicitario, pero a la hora de saber en qué fijarnos para determinar si un hotel es bueno, podemos sentirnos un poco perdidos. ¿Son las estrellas, la ubicación, las valoraciones de otros huéspedes, los servicios?

Por supuesto que todo lo anterior cuenta. Pero algo que solemos dejar de lado, y que debería ser lo más importante a considerar, es nuestro estilo de viajar. ¿Somos aventureros o nos gusta ir a la segura? ¿Queremos un viaje tranquilo o lleno de actividad y sorpresas? ¿Nos gusta que nos atiendan a cuerpo de rey o preferimos salir, recorrer las calles y ver qué nos ofrece la ciudad?

Como sea que te guste viajar, seguramente hay una opción de alojamiento a tu medida. Además de todas las técnicas que ya usas para elegir dónde hospedarte, considera qué tipo de viajero eres. Así, en tu próximo viaje sólo pagarás por lo que necesitas y realmente aprecias.

Para ti, las vacaciones son sinónimo de hacer lo menos posible y dejarte consentir. Sí, quieres conocer los principales atractivos del lugar que visitas, disfrutar la gastronomía local y tomar fotos increíbles para presumir a tus amigos cuando vuelvas. Pero ante todo quieres deshacerte del estrés, descansar cuanto puedas y no preocuparte por cuestiones como a dónde ir a desayunar o cómo llegar a tal parque o museo.

La mejor opción para ti son los hoteles “todo incluido”, que te dan todos los servicios y atenciones que puedas desear, para que no tengas que moverte de la playa o el spa, si así lo quieres. En hoteles como estos suele haber más de un restaurante, o uno muy bien provisto, donde se sirven especialidades de la gastronomía local, así como platillos de cocinas internacionales. También cuentan con boutiques de regalos y hasta tienen sus propias agencias de viajes, para que reserves tours a los destinos cercanos. “Todo incluido” es igual a cero preocupaciones.

Los viajes son parte de tu trabajo y esta es una de las razones por las que adoras tu profesión. Cumplir puntualmente con todas las actividades de tu agenda es la máxima prioridad, por ello te concentras en aspectos como la ubicación y los servicios ejecutivos.

Tu mejor alternativa son los hoteles que se ubican en puntos estratégicos para el turismo de negocios, los cuales pueden ser los principales distritos financieros de la ciudad, los centros de convenciones y los aeropuertos. Estos hoteles cuentan con los servicios e instalaciones más necesarios para un viajero de negocios, como salas de cómputo, espacios para juntas y reuniones, transporte ejecutivo y, por supuesto, conexión a internet en todas las instalaciones. Los alojamientos que se encuentran en los aeropuertos, como los hoteles en el aeropuerto del DF, por ejemplo, también reúnen estas características, porque muchos viajeros de negocios tienen que hacer largas escalas o trasladarse rápidamente de un destino a otro y prefieren estar en las inmediaciones de la terminal aérea.

Tu viaje soñado incluye sorpresas, descubrimientos y mucha, mucha acción. No encuentras sentido en pasar un día completo en el hotel, por más lujoso y cómodo que éste sea. Tú quieres salir a recorrer las calles, platicar con la gente del lugar y encontrar esos lugares únicos, que no aparecen en las guías.

Si no vas a estar en el hotel más que para dormir, darte una ducha y cambiarte de ropa, no tienes que pagar por servicios y detalles que no usarás. Algunas opciones cómodas, seguras y económicas para los viajeros incansables son los hostales, los albergues o los alojamientos rurales. Por lo general, cuentan con los servicios indispensables para el descanso, aseo y seguridad de los viajeros; además, facilitan otras experiencias buscadas por los adeptos al turismo de aventuras, como la convivencia con viajeros de todas las latitudes.

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