Sérums, geles, aceites naturales, ampollas…, estos preparadores de la piel están pensados para que con apenas unas gotas, puedas marcar la diferencia entre una piel bien o mal hidratada, iluminada o apagada, tersa o con arruguitas.
Tienen una formulación muy específica que, aplicado antes de tu crema habitual, aportan un extra que tu hidratante habitual no puede cubrir.
La cosmética se reinventa día a día con nuevas propuestas de tratamientos, pero la tendencia es volver a los ingredientes naturales.
Un buen ejemplo de preparadores para la piel son los sérums.
Son cosméticos cuyos principios activos están tan concentrados que, con apenas unas gotas, consigues efectos espectaculares. Los hay para todas las necesidades de la piel, hidratantes, antiarrugas, reafirmantes…
Los aceites vegetales están exentos de petróleo y grasas animales, normalmente no producen alergias y, además, son bastante más económicos que muchos tratamientos químicos demasiado elaborados.
Lo mejor es aplicar lípidos semejantes a los propios de la piel para no incrementar el desgaste celular.
También puedes encontrar geles, que suelen refrescar, alisar las arruguitas y dar un aspecto de “buena cara”, las emulsiones con propiedades ultrahidratantes para las pieles más exigentes, y los sticks para usos muy localizados (por ejemplo, para aplicar sobre un granito).
Pero recuerda que no son un sustituto de tu crema hidratante habitual, sino un complemento que debes aplicar debajo de ella para potenciar sus efectos.
Para luchar contra las marcas que el paso del tiempo, el estrés y las agresiones ambientales dejan en tu piel, no basta con una crema diaria. Hace falta una ayudita.
Los músculos de la cara desempeñan un importante papel en el mantenimiento de una piel firme y tersa. Por eso hay que mantenerlos en forma masajeándolos. Puedes aplicarte la crema facial acompañado de un masaje básico, desde el centro de la cara hacia el exterior en sentido ascendente y desde el entrecejo hacia la raíz del cabello.
Mientras te aplicas la crema del contorno de ojos, también puedes aprovechar para darte un ligero masaje tamborileando con las yemas de los dedos alrededor del área del ojo.
No subestimes la ayuda de un peeling. El peeling o exfoliación elimina las células muertas de la superficie de la piel y permite que esta respire y se vuelva más suave y receptiva a los productos que te vayas a aplicar a continuación.
Evita el contorno de los ojos, aclárate con agua tibia y sécate a golpecitos con una toalla o un tisue. Puedes exfoliarte cada 7 o 10 días.
Para qué tú piel se mantenga joven, es importante regalarle algunos mimos extras, como estos:
- Hidrata tu piel bebiendo 2 litros al día de agua, a los que puedes añadir infusiones y zumos. El agua es un elemento esencial para conservar la hidratación.
- El germen de trigo es un potente antioxidante, con acción antirradicales libres y que ayuda a evitar el envejecimiento prematuro. Lo puedes ingerir en cápsulas.
- Procura que en tu alimentación haya alimentos que te aporten vitaminas A, C y E, que actúan como antioxidantes e intervienen en la síntesis del colágeno.
- Descansa bien y elimina el tabaco, porque es una de las causas de la alteración del metabolismo cutáneo, de la deshidratación y de la producción de radicales libres.
- Protege la piel del sol en cada salida, aunque esté nublado.
El aceite de aguacate estimula la formación de colágeno y es efectivo contra el eccema, la dermatítis y la psoriasis. - La jojoba regenera las pieles secas con tendencia al envejecimiento.
- La rosa mosqueta mejora el aspecto de las pieles fatigadas, reduce las arrugas, manchas y cicatrices, mejora el tono cutáneo y combate los signos de vejez prematura.