Cuando tenemos a nuestro cargo a una persona mayor, es importante mantener un correcto aseo y vestirse de manera adecuada para no perjudicar la autoestima del anciano. Suele ocurrir que bien por torpeza, falta de costumbre o simplemente como consecuencia de una enfermedad, la persona mayor que tenemos a nuestro cargo se resista a bañarse y mudarse de ropa. En lugar de obligarles, lo que debemos intentar es hacer pedagogía y recordarles por qué tiene que hacerlo.
En el momento en que nosotros mismos o la persona cuidadora se encuentre bañando o aseando a la persona mayor, no debe distraerse con otra actividad, ya que se trata de un momento muy crítico en el que puede haber caídas o accidentes que a edades avanzadas suponen la rotura de huesos importantes. Para facilitarnos esta tarea, hay un amplio catálogo que se adapta a todas las necesidades y bolsillos:
- Asientos para bañera.
- Asientos para ducha.
- Elevadores para apoyarse en el WC.
- Barras fijas y plegables, para facilitar la entrada y salida.
- Camillas para la ducha.
Es aconsejable establecer un planning de aseo, recordándole que acuda al servicio al levantarse, antes y después de las comidas o antes de acostarse. También debemos facilitarles que la tarea del aseo la hagan por sí mismos (hasta lo que puedan), por lo que una ropa holgada, cómoda y fácil de quitar les será de gran ayuda.