La salud de los pies debe cuidarse desde las primeras etapas de vida del bebé para evitar futuras deformaciones con tu podólogo. Aunque algunos problemas en los pies y las piernas en niños pueden detectarse en la consulta del médico general, lo ideal es que los niños acudan al podólogo de la misma manera que van al pediatra.
La podopediatría estudia el pie del niño, basándose en exámenes biomecánicos para detectar posibles alteraciones muscuesqueléticas. Hay casos en los que se tratará del tratamiento de problemas congénitos que recibirán un tratamiento más exitoso cuando se empiezan a tratar a una edad temprana utilizando escayolas. Los problemas más comunes, como tener los pies hacia adentro o planos, si no se tratan desde pequeños podrán producir en el futuro dolores y malformaciones.
Por qué es importante que los niños acudan al podólogo
Los pies deben ser revisados a medida que el niño crece para detectar cualquier problema y que se puedan corregir lo antes posible. Hay que tener en cuenta que un problema en los pies de los menores puede desembocar en dificultades en las rodillas, la cintura o la cadera.
Por tanto, la atención temprana es muy importante, y permite reducir los efectos de una deficiencia en el desarrollo del niños. La podopediatría realiza un estudio del pie del niño e introduce los mecanismos necesarios de compensación, eliminando las barreras que pudiera experimentar al dar sus primeros pasos y en el desarrollo posterior, así como permite la adaptación de la pisada a las necesidades específicas, ya sea a través del diseño de una plantilla personalizada o de procedimientos correctivos diverso.
