¿Está tu hijo preparado para ir a un campamento de verano para niños?

Must Try

La primera pregunta que debes hacerte antes de enviar a tu hijo a un campamento de verano para niños es si ha estado alguna vez fuera de casa, ya sea durmiendo con algún familiar con el que tenga confianza o en casa de algún amigo, debido a que esta experiencia previa les ayudará a lidiar mejor con la separación en el futuro. ¿Cómo crees que se sintió? ¿Fue capaz de estar en una casa ajena y disfrutar? Si la respuesta es afirmativa, no habrá mayor problema. Su independencia lo capacita para evadirse de todo y centrarse en lo más importante, vivir el momento durante sus vacaciones.

Si por el contrario no lo ha hecho, quizá puedes ir probando durante los días previos para ver cómo reacciona. Invita a sus amigos a casa en una noche de pijamas para que se sienta seguro, y posteriormente invita a tu hijo a disfrutar de un fin de semana en casa de sus amigos ¡Le encantará!

No obstante, los campamentos de verano son la ocasión perfecta para que los niños se hagan más independientes y empiecen a crear vínculos afectivos fuera de su zona de confort.

¿Cómo es la relación de tu hijo con otros niños?

La segunda pregunta que un padre debe contestar y evaluar es si su hijo se relaciona bien con otros niños de su entorno, ya que los campamentos de verano son lugares en los que los pequeños conocerán gente nueva e, incluso, hacer amigos para toda la vida. Una de las condiciones para que esto ocurra es que el niño sea sociable.

En el caso contrario, el campamento de verano para niños también será una forma ideal de conseguir que tu hijo se abra con los demás y salga de su entorno habitual. Es importante hablar con el niño antes de tomar la decisión, para motivarle a conocer a nuevas personas y para que esté dispuesto a disfrutar de su campamento. Confía en el trabajo de los monitores.

Es esencial que, al realizar la inscripción, indiques las particularidades de tu hijo o hija para que los monitores puedan prestarles la atención que necesitan en cada momento. Cada niño es un mundo, por este motivo, es obligación del personal ofrecerles una atención personalizada para intentar que el campamento de verano para niños sea una experiencia increíble a la que esté deseando volver.

¿Cómo conseguir que el campamento sea una experiencia positiva?

Piensa que lo que infunde confianza a un niño cuando se enfrente a una situación nueva o desconocida es saber que cuenta con la presencia de sus padres. Los días anteriores al campamento de verano para niños puedes ayudarle a mantener sus nervios a raya tranquilizándole, informándole y enseñándole como puede actuar frente a diferentes situaciones, animándole y comprendiendo sus inquietudes. Lo ideal es que resuelvas todas sus dudas para que sus miedos desaparezcan.

Si después de todo prefiere mantener su negativa y no acudir al campamento de verano para niños, es muy importante no ridiculizarle ni llamarle miedoso. En estos casos lo mejor es mostrarse comprensivo ante su temor y darle margen para que consiga ganar seguridad, superar sus miedos y disfrutar de la situación. Un campamento de verano para niños tiene que ser, en todo momento, una experiencia positiva para el pequeño.

Elige un campamento de verano con sus actividades favoritas

Para conseguir que el niño se sienta cómodo cuando acuda al campamento de verano, lo ideal es que escojáis un campamento con las actividades que más le gustan o a las que mayor interés le demuestre durante su tiempo libre. De esta forma será más sencillo que la idea de acudir a un campamento de verano para niños le resulte atractiva y acabe disfrutando de la experiencia.

Existen campamento de multiaventura, actividades de inmersión lingüística, campamentos de verano para niños con actividades en el agua, etc. Los campamentos de verano están especializados en una serie de actividades que harán que tus hijos lo pasen increíble y quieran repetir el año siguiente.

¿Cuál es la edad idónea para que un niño vaya de campamento de verano para niños?

La edad ideal para acudir a un campamento de verano es relativa, todo depende de la madurez del niño y de las ganas que tenga de acudir a uno. Los profesionales y los estudios dictaminan que la edad ideal para que un niño vaya de campamento es a partir de los 8 o 9 años de edad, como se puede apreciar en el artículo publicado por ABC sobre las edades del aprendizaje. A partir de aquí, los niños están preparados para afrontar la experiencia de dormir fuera de casa y “sobrevivir” sin sus familiares más cercanos.

Resulta muy importante que los padres tengan en cuenta el nivel de autonomía de sus hijos, su madurez, su capacidad para alejarse de la familia y la facilidad para adaptarse a nuevas situaciones y desenvolverse en un medio ajeno.

No es nada aconsejable enviar a un campamento de verano para niños a un niño que esté muy apegado a sus progenitores o que no desee acudir al mismo, puesto que la experiencia acabará siendo traumática tanto para el niño como para los padres.

Consejos para una separación llevadera

Hay que tener en cuenta que los niños en verano lo que buscan es pasarlo bien y realizar actividades al aire libre, y no hay mejor forma de hacer eso que con un campamento de verano para niños. Si además pueden aprender un nuevo idioma de manera fluida y lo ponen en práctica durante unas semanas con monitores y amigos la experiencia será redonda. No olvides que la mejor manera de aprender es ¡divirtiéndose!

Informa y tranquiliza a tu pequeño

Si finalmente, tras un análisis previo de la situación, la decisión resulta ser la de acudir a un campamento de verano, es aconsejable que el niño tenga toda la información posible sobre cómo será la experiencia, las actividades que va a realizar y el tiempo que va a estar fuera de su hogar. De esta manera vuestro hijo estará siempre tranquilo y evitarás que posteriormente los monitores te acaben llamando por teléfono para pedirte que vayas a buscarlo y sacarlo de allí porque lo está pasando realmente mal.

Tu hijo vivirá de forma más positiva el campamento de verano para niños si no va solo, es decir, si se suma a la experiencia algún amigo o hermano. Aunque los monitores aseguran que esto solo es importante en el primer campamento, lo cierto es que los niños suelen adaptarse fácilmente y tienen más ganas de repetir si no van solos.

Así que ya sabes, no hay nadie mejor que tú para determinar si tu hijo está o no preparado para acudir a nuestro campamento de verano para niños. Lo más importante a la hora de tomar esta decisión es hablar antes con el niño y acordar con él la decisión de ir, motivarles en la experiencia que van a vivir y, sobre todo, no forzarles nunca a acudir a uno.

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