La natación es conocida como ‘el deporte más completo’ y existe una serie de argumentos que hace indispensable su práctica para nuestro bienestar tanto físico como psicológico.
Combate el dolor de espalda
En la práctica de este deporte el agua reduce la carga física sobre la columna vertebral y articulaciones y, al flotar, el peso del cuerpo no recae en ellas y no les perjudica. Pero cuidado, existen cuatro estilos diferentes de natación, el más aconsejable es el estilo en el que nadamos de espaldas.
Previene enfermedades cardiovasculares
La natación es un deporte aeróbico, es decir, que necesita de la respiración para la obtención de energía. Con el ejercicio el corazón se muscula, se fortalece y pierde la grasa que lo rodea. Esto implica que la capacidad cardiorrespiratoria se fortalece al incrementar el riego sanguíneo y normalizar el pulso y la presión arterial, por lo que puede decirse que su práctica regular ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares.
Mejora nuestra coordinación
Al nadar movemos de forma coordinada todos los grupos musculares y fortalecemos las articulaciones. También se desarrolla nuestro equilibrio, y además con la práctica prolongada adquirimos resistencia, por lo que la natación constituye una buena técnica para mejorar nuestras capacidades motoras.
Reduce el estrés
Como en todos los deportes, el agotamiento que experimentamos crea una sensación de cansancio agradable que se extiende al campo psíquico, por lo que nos ayuda a liberar tensiones y que nuestro cuerpo quede relajado.
Quema grasas
Cuando hacemos deporte, nuestro cuerpo comienza a quemar grasas a partir de entre los 20 o 30 minutos después de comenzar la actividad deportiva, por lo que lo ideal es hacer ejercicio durante un largo período de tiempo y la natación te permite aguantar el desgaste sin demasiado esfuerzo. Nadar 30 minutos quema al rededor de las 250 calorías, y además es ideal para tonificar y definir los músculos.
