La celiaquía es una afección que muchas veces resulta difícil de diagnosticar a causa de que la sintomatología de la misma se expresa de diferentes maneras en cada persona, tanto las manifestaciones clínicas como las funcionales son diversas.
Cuando la EC aparece durante la infancia generalmente coincide con el momento de la incorporación de gluten a la dieta del pequeño, suele suceder entre los 6 y los 24 meses de edad.
Puede pasar que los pequeños no tengan dolores abdominales evidentes, pero sí presentan un caráter irritable, decaimiento y comen poco a pesar de que tengan hambre; además los análisis de sangre delatan una anormalidad, generalmente un escaso número de glóbulos rojos a causa de la deficiencia de minerales y esto da la pista que lleva a una biopsia intestinal y el consecuente diagnóstico certero de EC.
Como anteriormente aclaramos, la sintomatología es variada pero en general las molestias más comunes son las siguientes:
- Diarreas con o sin esteatorrea
- Falta de apetito o rechazo a la comida
- Vómitos
- Retraso en el crecimiento
- Estreñimiento
- Cambios en el carácter
- Barriga grande
- Pérdida considerable de peso
- Irritabilidad
- Erupciones
La EC genera una atrofia en las vellosidades del intestino delgado impidiendo que cumplan su normal función que es la de absorber nutrientes, por lo tanto los pequeños que no son tratados adecuadamente pueden desarrollar una serie de complicaciones que ponen en peligro su salud y la vida misma.
En este caso los niños presentan una pobre masa muscular, piel muy pálida, anemia, descalcificación ósea, poco crecimiento o detención total del mismo, abdomen abultado y glúteos planos, lesiones en la piel, llagas bucales, descalcificación, bajo peso, fatiga crónica, etc.